Hace poco tiempo hablaba con un amigo y hermano acerca de que el cristiano pasará situaciones difíciles, circunstancias adversas y dolorosas, tendrá aflicción en esta vida, sin embargo, algo debe estar muy claro: nuestro Dios NO está detrás de todo lo que acabo de mencionar, a no ser que antes Jesús calmase la tormenta y ahora la provoque; que antes Jesús sanase la enfermedad y ahora la produzca; que antes diese de comer y ahora nos quite el trabajo . . . Jesús NO cambia, Jesús NUNCA puso una enfermedad, Jesús nunca le quitó el pan al hambriento, Jesús NO vino a condenar y Jesús es el mismo ayer, hoy y por siempre.
Jesús dijo que “en el mundo tendremos aflicción” y es cierto, el cristiano también tiene problemas y sufre, pero en medio de nuestro dolor, Dios nos consuela y nos levanta, nuestro Dios está con nosotros a pesar de las injusticias que tantas veces experimentamos en esta vida, Dios está con nosotros a pesar de nuestros sentimientos muchas veces nos sugieren lo contrario . . . Dios está con nosotros, Dios es bueno, Dios nos ama, Dios no quiere robarte, ni matarte, ni destruirte, de eso se encargan los ladrones y asesinos, Dios quiere cubrirte con su gracia y con su amor en medio de la tormenta, Dios es nuestro escudo en medio del conflicto, Dios quiere abrazarnos y derramar su gracia sobre nosotros, su gracia en nuestro dolor, su presencia en nuestra soledad, su esperanza en nuestra desesperación, su fe en nuestra incredulidad, su fuerza en nuestra debilidad . . .