Hoy en día, muchos predican que cuando eres cristiano, tus problemas se acaban, estos predicadores quieren hacernos creer que al poner nuestra fe y confianza en Jesús, Dios nos va a librar de los problemas, de las enfermedades, de la escasez . . . por tanto, según ellos, si estamos enfermos, si nos falta el trabajo, si tenemos escasez significa que NO estamos bien espiritualmente . . . ¿Es esto cierto? Ahora que somos cristianos, ¿Dios nos ha prometido una vida libre de problemas?

Jesús nos dijo que en el mundo tendremos aflicción y como todavía NO estamos en el Cielo, tendremos aflicción, tendremos problemas, tendremos dolor, tendremos sufrimiento . . . ¿Por qué? En primer lugar, porque la tierra está maldita (Gn. 3:17) y en segundo lugar, porque Dios ha creado al hombre con libre albedrio, por tanto, como el hombre es libre puede escoger el bien o puede escoger el mal; puede escoger el amor o puede escoger el odio; puede escoger la paz o puede escoger la guerra; puede escoger la verdad o puede escoger la mentira, tristemente muchos eligen el odio, el mal, la mentira, la violencia, la guerra . . . y los cristianos podemos ser víctimas de las malas elecciones de otras personas (por supuesto, también de las malas elecciones propias).

Cuando somos las víctimas del pecado de los demás, Dios está con nosotros para consolarnos, para traer paz a nuestros corazones, para darse a conocer como un Dios de toda consolación. En el sufrimiento y en el dolor nuestro Dios se revela a nuestras vidas, en el sufrimiento y en el dolor podemos conocer a Dios de una forma más profunda, en el sufrimiento y en el dolor podemos descansar en los brazos amorosos de nuestro Dios.

Hubo momentos de escasez en la vida de Pablo, hubo momentos de hambre, pero fue en esos momentos donde Pablo aprendió una lección importante:

“Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prospe-ridad; en todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.”
Filipenses 4:12 y 13

Es verdad que Dios NO desea el dolor, ni el sufrimiento, pero en este mundo, el dolor y el sufrimiento forman parte de la vida. Cuando sufrimos, Dios sufre con nosotros:

“En todas sus angustias ÉL fue afligido”
Isaías 63:9a

Por tanto, cuando sufrimos, NO significa que estemos mal espiritualmente; cuando tenemos escasez, NO significa que Dios no nos haya bendecido, hay gente muy rica SIN la bendición de Dios y hay gente muy pobre CON la bendición de Dios; hay gente enferma CON la bendición de Dios y hay gente sana SIN la bendición de Dios.

Si afirmamos que la prosperidad, la buena salud o la falta de problemas muestran que estamos bien espiritualmente y que Dios nos bendice, entonces el apóstol Pablo estaba MUY MUY MUY MAL porque él mismo nos dijo . . .

". . . en todo lo que hacemos demostramos que somos siervos de Dios. Soportamos muchos sufrimientos, dificultades, necesi-dades y aprietos. Nos golpean y nos meten en la cárcel. Nos encontramos con gente que se enoja con nosotros y causa albo-rotos. Trabajamos duro y a veces no dormimos ni comemos.”
II Corintios 6:4 y 5

“Yo he trabajado mucho más que ellos; he estado más veces en prisión; he soportado más azotes que ellos y muchas veces he estado en peligro de muerte. En cinco ocasiones los judíos me castigaron con los treinta y nueve azotes. Tres veces me golpearon con palos; una vez casi me matan a pedradas; tres veces estuve en naufragios; una vez tuve que pasar todo un día y una noche perdido en medio del mar. He viajado de aquí para allá continua-mente; he estado en peligro en los ríos, en peligro de ladrones, en peligro por causa de mis compatriotas y de los que no son judíos. También he estado en peligro en las ciudades, en los desiertos y en los mares. He estado en peligro por causa de falsos hermanos. He hecho trabajos duros y fatigantes; he pasado muchas noches sin dormir; muchas veces he sufrido hambre y sed, y he tenido que soportar el frío sin tener con qué cubrirme. He tenido muchos otros problemas y, sobre todo, tengo siempre una gran carga: la preocupación diaria por todas las iglesias. Cuando alguien se debilita, me siento débil y cuando alguien hace pecar a otra persona, me molesto mucho. Si tengo que enorgullecerme de algo, me enorgulleceré de las cosas que muestran mi debilidad."
II Corintios 11:23-30

“Recuerden que la primera vez vine porque estaba enfermo. En ese tiempo les anuncié las buenas noticias.”
Gálatas 4:13

Cuando Pablo puso su fe y confianza en Jesucristo, sus problemas NO acabaron, sus problemas COMENZARON:

“El Señor le dijo: Vé, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.”
Hechos 9:15 y 16

“Entonces Juan ¿Dios NO me puede librar del sufrimiento, ni del dolor, ni de la enfermedad, ni de los accidentes, ni de la escasez, etc?” Por supuesto que nuestro Dios nos puede librar, PERO . . . en algunas ocasiones, NO lo hace y es en esas ocasiones donde debemos poner nuestra fe en Él, confiar en su amor y descansar en su Presencia, es en esas ocasiones, donde podemos conocer a nuestro Dios de una forma más profunda. Dios puede sacar algo precioso incluso de nuestro dolor.

“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? . . . Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.”
Romanos 8:35 y 37


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