Jesús fue llamado “amigo de publicanos y pecadores”. ¿Cómo no lo van a llamar así si los pecadores y publicanos se acercaban a Jesús para oír su mensaje? ¿Cómo no lo van a llamar así cuando Jesús comía y bebía con ellos?

En una ocasión, le invitó a comer a su casa un tal Mateo, ¿Mateo el Justo? No, Mateo el recaudador de impuestos, en otra ocasión, le invitó un tal Simón, ¿Simón el Rabino? No, Simón el Leproso, en otra ocasión, un hombre muy bajito llamado Zaqueo, ¿Zaqueo el Sacerdote? No, Zaqueo el Jefe de los recaudadores de impuestos, en otra ocasión, una mujer lavó los pies de Jesús con sus propias lágrimas, los secó con su cabello y no paraba de besarlos, ¿era su hermana? No, era una mujer pecadora, a otra mujer le dijo: “Yo tampoco te condeno”, ¿era una mujer piadosa y observante de la Ley de Moisés? No, era una mujer adúltera . . . ¡Amigo de pecadores! ¿Qué vieron todos estos pecadores en nuestro amado Jesús?

Me imagino a Jesús entrando en una ciudad y a todos los marginados, los pobres, los leprosos, los ciegos, los enfermos, los publicanos, las prostitutas acercándose a Jesús, intentando estar cerca de Él para oír sus palabras, para poder mirarle a sus ojos, para poder recibir su amor, un amor limpio, puro, genuino y auténtico, un amor que nadie les había dado . . . y allí en medio de esta multitud de indeseables, estamos tú y yo, preparados para oír las palabras de vida que tiene para todos, palabras de fe y esperanza, Él es el único que puede llenar nuestra vida, aceptarnos con nuestros fallos, imperfecciones y pecados y él es el único que nos ama sin buscar ni esperar nada a cambio (esto es gracia) . . .

¡Amigo de pecadores y publicanos! Jesús comía con este tipo de personas y nosotros ¿con quién estamos comiendo?

“«El Espíritu de Dios está sobre mí, porque me eligió y me envió para dar buenas noticias a los pobres, para anunciar libertad a los prisioneros, para devolverles la vista a los ciegos, para rescatar a los que son maltratados y para anunciar a todos que: “¡Este es el tiempo que Dios eligió para darnos salvación!
Lucas 4:18 y 19

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Mentiras "Piadosas"

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