Pablo llama a los creyentes “santos” en muchas ocasiones.

“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a LOS SANTOS y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso”
Efesios 1:1

“A todos LOS SANTOS en Cristo Jesús que están en Filipos”
Filipenses 1:1

“a LOS SANTOS y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas”
Colosenses 1:2

“oigo de tu amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús y hacia todos LOS SANTOS”
Filemón 1:5

“Por tanto, HERMANOS SANTOS, participantes del llamamiento celestial . . .”
Hebreos 3:1

“a todos los amados de Dios que están en Roma, LLAMADOS SANTOS . . .”
Romanos 1:7

Hey, Juan, creo que has hecho trampa porque mi versión de Romanos 1:7 dice: `llamados A SER santos´”. ¡Muy observador! Y es cierto que muchas versiones dicen eso, pero en griego dice: “LLAMADOS SANTOS”. Veamos otro versículo similar:

“a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los que han sido santificados en Cristo Jesús, LLAMADOS SANTOS . . .”
I Corintios 1:2

Hemos sido santificados, por eso, somos llamados santos, hemos sido apartados para Dios, ahora somos Su templo y le pertenecemos, somos suyos.

“¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? . . . el templo de Dios es santo, y eso es lo que vosotros sois.”
I Corintios 3:16-17

Nosotros somos el Templo de Dios y el Templo de Dios es santo, por tanto, nosotros somos santos.

Más referencias bíblicas: Hch. 20:32; 26:18 / Ro. 8:27; 12:13; 15:25, 26 y 31; 16:2 / I Co. 6:1 y 2; 14:33; 16:1 / II Co. 1:1; 8:4; 9:1 y 12; 13:13/ Ef. 1:15 y 18; 2:19; 3:8 y 18; 4:12; 5:3; 6:18 / Fil. 4:21 y 22 / Col. 1:4, 12, 22 y 26; 3:12 / I Ts. 5:27 / I Ti. 5:10 / Flm. 1:5 y 7 / Heb. 6:10; 13:24

Está MUY claro que Pablo nos enseña que hemos sido santificados y que somos santos. Por tanto, ahora caminamos en santidad porque somos santos, seguimos la santidad porque somos santos, amamos la santidad porque somos santos, pero nunca seremos más santos de lo que somos ahora porque YA hemos sido apartados por Dios y para Él, YA hemos sido santificados por nuestro Dios.

“mas ya habéis sido lavados, YA HABÉIS SIDO SANTIFICADOS, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.”
I Corintios 6:11

“Por esta voluntad HEMOS SIDO SANTIFICADOS mediante la ofrenda del cuerpo de Jesucristo ofrecida de una vez para siempre.”
Hebreos 10:10

Algunos creen que si se apartan del pecado serán santos; que si se apartan a los montes, serán santos; que si oran más, serán santos; que si no ven la tele, serán santos; que si no usan internet, serán santos . . . pero la enseñanza de Pablo es que hemos sido santificados por Dios y para Dios, nosotros NO podemos santificarnos, Él es el que nos santifica:

“Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, para santificarla”
Efesios 5:25 y 26

“Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos”
Hebreos 2:11

“Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.”
Hebreos 13:12

Cuando pusimos nuestra fe y confianza en Jesús, fuimos apartados por Él y para Él, por tanto, la santidad NO depende de lo que yo haga o deje de hacer, depende de lo que hizo el Mesías por nosotros:

“por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y SANTIFICACIÓN, y redención”
I Corintios 1:30

Jesús es nuestra sabiduría, nuestra justificación, nuestra redención y nuestra SANTIFICACIÓN . . . gracias a lo que Él hizo y a lo que Él sigue haciendo en nuestras vidas, podemos participar de Su Santidad.

Debemos recordar lo que somos en Cristo, lo que Dios nos ha dado porque lo que creemos repercute en nuestras acciones y marca nuestra vida, por tanto, si creemos que somos pecadores y nos vemos como pecadores, seguramente pecaremos y, por tanto, sufriremos las consecuencias negativas de nuestro pecado, pero si creemos que somos santos, si nos vemos como Dios nos ve, caminaremos en el camino de la santidad teniendo comunión con nuestro Dios.

Hablo de las consecuencias negativas del pecado porque todos sabemos lo que el pecado puede hacer: destruir amistades, destruir familias, destruir ministerios, destruir vidas . . . y NO estoy diciendo que Dios haga esto, ¡NO! Dios NO nos castiga, Dios nos perdona y nos levanta . . . PERO RECORDEMOS: si hemos herido a otras personas, si hemos causado daño de alguna forma, si hemos hecho algo en contra de nosotros mismos, tendremos que sufrir las consecuencias de nuestras acciones . . . por eso, el mismo Pablo nos dice que NO hemos sido llamados a pecar, hemos sido llamados a vivir una vida de fe, de amor y de comunión con nuestro Dios (una vida santificada).

“Pues NO nos ha llamado Dios a inmundicia, sino a santificación.”
I Tesalonicenses 4:7

Me gustaría mencionar un versículo que encontramos en I Pedro que aparentemente contradice lo que hemos visto en todos los versículos que he citado, veamos:

“como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo.”
I Pedro 1:15 y 16

¿Cómo tenemos que interpretar estas palabras sabiendo que YA hemos sido santificados y que YA somos santos? Creo que lo que nos está diciendo Pedro es que debemos vivir lo que YA somos en Cristo, por ejemplo, yo puedo decir a mi hijo: “Hijo mío, sé un hombre” y esto NO significa que mi hijo NO sea un hombre, pero se lo digo para que se comporte como lo que es, creo que ésta era la intención de Pedro, pero algo muy curioso es que en griego dice:

“puesto que está escrito: Santos seréis, pues yo soy santo”
Nuevo Testamento Interlineal Griego-Español

Pedro está citando la Septuaginta (también llamada la Biblia de los Setenta) y lo que tenemos en esta versión es UNA PROMESA para el futuro: “Santos SERÉIS”, nosotros somos hijos de la Promesa y podemos decir con confianza que esta promesa que Pedro cita se ha cumplido en el Nuevo Pacto gracias a Jesucristo, nuestro Dios nos ha santificado y ahora somos santos.

Hay un versículo que muchos han usado de una forma incorrecta (según mi forma de verlo):

“Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”
Hebreos 12:14

Muchos enseñan que si no tenemos santidad, no veremos al Señor, PERO hay algo que se nos ha pasado por alto en este versículo: la primera parte dice: “Seguid la paz CON TODOS y la santidad”, ¿Qué ocurre si no seguimos la paz ni la santidad? Que otros NO verán al Señor en NUESTRAS VIDAS, por tanto, este versículo habla de nuestro testimonio, si no seguimos la paz, ni la santidad podemos ser piedras de tropiezo para muchos y no podrán ver a Jesús en nuestras vidas, por eso, el siguiente versículo dice:

“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados”
Hebreos 12:15

Si descuidamos nuestra relación con Dios, si no estamos confiando y descansando en Él, si no estamos disfrutando de las promesas del Nuevo Pacto, si no estamos siendo dirigidos por el Espíritu SANTO, si no estamos obedeciendo a la fe, ni viviendo la Verdad del Evangelio, ENTONCES puede que algunos no alcancen la gracia de Dios para poder ser salvos. Dios nos ha santificado y ahora somos santos, POR TANTO:

¡Comportémonos como lo que somos para que muchos puedan ver al Señor en nuestras vidas y puedan alcanzar la maravillosa gracia de Dios!

Una vida santificada es una vida entregada a Dios y consagrada a Él, una vida que refleja la gracia, el amor, la misericordia, el poder, la paz, la confianza, la seguridad que ahora tenemos en Cristo. Ser santos NO significa que nos escondemos en nuestras iglesias, que nos apartamos de los pecadores, que nos retiramos a los montes y tampoco significa que NO pequemos o que seamos perfectos, ser santos significa que somos Su Pueblo, que somos suyos, que Él nos ha apartado para Él, que ahora somos de su propiedad, que Él está obrando en nuestros corazones, que nuestras vidas están escondidas en Cristo.

“Mas VOSOTROS SOIS linaje escogido, real sacerdocio, NACIÓN SANTA, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”
I Pedro 2:9 y 10

Dios nos santificó cuando nos apartó para Él y nos hizo suyos; cuando nos sacó del camino de la muerte y nos puso en el camino de la vida; cuando nos sacó del Reino de las Tinieblas y nos trasladó al Reino de Su Amado Hijo; cuando no éramos Su Pueblo y Él nos hizo parte de él; cuando no éramos amados y Él nos amó; cuando éramos pecadores y Él nos perdonó; cuando estábamos heridos y Él nos sanó; cuando estábamos perdidos y Él nos salvó.

“Me seréis, pues, santos, porque yo, el SEÑOR, soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.”
Levítico 20:26

“Yo soy de mi amado y mi amado es mío”
Cantar de los Cantares 6:3